Crónica: OUCRA Rugby Arroyo vs. RAC Lobos Segovia

Con apenas un leve escombro sobre la bandeja navideña nos llegó la séptima de las jornadas que componen esta fase preliminar de la liga. Hasta la vega del Pisuerga se acercaban los Lobos segovianos del RAC. Aún en el recuerdo la alfombra blanca con que nos recibieron en su “castrum”, en respuesta una apacible tarde la del 25 con temperatura agradable y el sol tratando de hacernos olvidar el invierno castellano.

La posición en la tabla de la manada segoviana no hace justicia a la voluntad, la garra y el tesón que ponen en cada partido, características estás que le hacen un equipo del que desconfiar.

El objetivo de los Arroyanos había sido claramente establecido para estas dos últimas jornadas que restan “Victoria et Bonus, aut nihil” que dirían los constructores del acueducto (Victoria y bonus, o nada, para los contemporáneos). Todos los puntos son importantes para colarse en la fase de Play Off. Concentración y trabajo serio durante la semana previa a pesar de la climatología adversa, que ha convertido nuestro campo en el lugar idóneo para que retocen en barro los gordos y los no tan gordos. Si sumamos el cartel de “tullidos y mullidos”, la situación planteaba un reto al ingenio del dinámico dúo técnico para compensar y equilibrar un quince de garantías.

Cual gladiadores saltaron al barro: Vita, Lourenço, Rubén; Pedro, Dani Soldier; Edu, Javi, Moro; Charly, Javi Lamela, Rodrigo, Tapia, Carracedo, Pablo Castro y Manso (C). En el banquillo afilaban sus tridentes y gladius Mahoney, Gordini, Fernando, Pablo José, Araujo, Raúl, Kike, Pablo, Nacho y Julio.

Cabe especial mención a la horda incondicional que acompaña a la hueste rojiblanca cada fin de semana y que reclutada entre padres, madres, esposas, hijos, novias, amigos y parientes varios empujan en cada melé y ayudan a limpiar las abiertas.

Saque inicial con puntualidad nórdica, esto es, cinco minutos antes que la británica y por tanto a falta de cinco para las dieciseis. Comienzan los rojiblancos concentrados en su labor pero dejando translucir la tensión en cada lance. A pesar de los múltiples errores y la falta de coordinación ofensiva entre la delantera y la línea, se hacía patente la conquista territorial de la 22 contraria que se estableció como una particular Maginot. El dominio de la tribu local en todas las fases de juego, sin embargo, no adquiría cuerpo en el marcador. El trasiego de minutos a la bodega del tiempo cumplido sin romper la línea segoviana comenzaba a presagiar un duro camino hacia el ansiado bonus. Pero en el minuto 30, el menor en tamaño de los Lamela convertía hábilmente la muralla segoviana en acueducto y atravesaba por el arco de Santa Bárbara para posar el 5-0. Manso se encargaría de transformar la patada colocando el 7-0.

El marcador no ponía tranquilidad en el equipo anfitrión y los nervios restaban fluidez al engranaje entre delanteros y tres cuartos. Las posibilidades de marca se esfumaban entre dedos atenazados o se estrellaban en percusiones estériles de canijos jugando a ser gordos. A pesar de todo, el tesón y la intensidad en el juego florecían en las manos de Moro tras una jugada inspirada que hacía posible el bautismo de Rubén tras la línea de ensayo. El  “Capitán Manso” erraba la patada que salía ligeramente desviada dejando en 12-0 el saldo. Espoleados por el segundo ensayo local, los segovianos encerraron al quince de Arroyo en su terreno haciendo suspirar por que se abriera la puerta del vestuario y poder aclarar ideas y recomponer estrategias. Afortunadamente los segovianos no tuvieron la ayuda de su patrón y sus acometidas no dieron frutos, volando como pájaros las posibilidades de acortar distancias.

El paso del ecuador se inicia con un quince local venido a menos por la expulsión de Edu en los últimos minutos de la primera parte. Los arroyanos expropiaron el balón para evitar el desgaste defensivo en situación de inferioridad. Recuperada la igualdad numérica se retomó el dominio territorial y la iniciativa en las acciones. Los pesos pesados del Oucra Rugby Arroyo se entregaban a fondo en cada melé dominando cada duelo. Tras una jugada de empuje de delantera y enfilando los últimos veinte del encuentro ensaya Pedro dejando a tiro de piedra el ansiado bonus. El tiro a palos vuelve a esquivar la H dejando el resultado en 17-0.

El tercer ensayo renovó las fuerzas y los pupilos de Regino se lanzaron, cual pollino tras zanahoria, a por el cuarto que llegaría seis minutos más tarde de la mano de Pedro. La mala racha de Manso en el pateo se confirma y deja el 22-0 que luciría hasta el final del encuentro. La obtención del bonus relaja el juego de los de Arroyo permitiendo a los segovianos campar dentro de la zona defensiva, afortunadamente el avance militar se tornó en acampada y pic nic sin llegar a crear peligro.

Termina de esta forma un partido agriado por la falta de claridad en el juego local y que solo endulzaron el caramelo de la victoria y el bonus ofensivo.

Se mantiene la segunda plaza del Grupo Sur de Primera Regional que deberá ser confirmada ante el Salamanca R.C. para optar a la fase por el título. La cita será el próximo 15 de febrero en el Municipal de La Vega con el apoyo seguro de los habituales y con la esperanza de sumar nuevos seguidores en torno al Oucra Rugby Arroyo.